La Formación en la Escuela de Yoga y Conciencia, tal como hemos comentado, e insisto, tiene un profundo respeto al alumno, a sus ganas, a su disciplina, a su ánimo, a su confianza, a su camino.
Y ese respeto al alumno ha ido quedando plasmado en las clases diarias, en los cursos, en los retiros. Nos gusta trabajar con grupos pequeños en un aprendizaje largo y minucioso. Simplemente no tenemos prisa. Y pensamos que un árbol tarda en crecer, así como que cada estación tiene su tiempo y espacio.
Por otro lado, no soy nada esotérico, lo que es, es, y sólo enseño yoga, y prefiero disfrutar y creer en lo que me muestra tu corazón, en tu sentir, y en lo que compartamos juntos. El yoga nos conecta con lo mejor que hay en nosotros y con nuestro espíritu, y con la vida, pero para ello no hacen falta conjuros extraños.
Mi vida se encuentra dedicada al yoga y a su estudio. Y ello junto con mi familia, mis amigos y mi propio espacio personal me hacen profundamente feliz. Agradezco a todos su animo y entrega.
Quisiera agradecer a todos los alumnos y alumnas que a lo largo de estos años han asistido a las clases, por la confianza puesta en el trabajo realizado, por la oportunidad de nutrirme igualmente de su corazón.